Nuestra Semana Santa sería otra sin los aromas que inundan el aire primaveral. Y el que lo abarca todo cuando llega el paso, el que se presenta al espectador sobre los demás, es el incienso. Una resina. Nada más, pero nada menos.
Cuando sobre la pastilla incandescente de carbón se derraman los granos de incienso, sabiamente mezclados con otros aditamentos, una nube de humo blanco crece hasta el cielo y purifica el aire con su aroma. Sirve de anuncio a nuestra Semana Santa.
La labor de A. Fiances es esa: anunciar la Semana Santa. Desde su recogida tienda en la Plaza del Pan de Sevilla, y desde el puesto en la calle Córdoba, junto a la iglesia colegial del Salvador de Sevilla, esta empresa familiar es ya un símbolo de la Cuaresma sevillana.
En su quehacer profesional, cargado de sabiduría y mimo, han confiado numerosas Hermandades que le encargan la mezcla que quemarán luego en sus cultos y en la salida procesional. La cantidad justa de cada producto, para que cada Hermandad tenga un aroma distinto.
Una labor artesanal, antigua, llena de detalle. Y que A. Fiances pone al alcance también del particular.
