Cuando hace 37 años Antonio González Ríos era Diputado de Juventud en la Junta de Gobierno de la Hermandad de las Cigarreras, se propuso crear una actividad que tuviera continuidad durante todo el año y que además atrajera a otras personas de fuera del ámbito de la Hermandad. Quiso que el grupo joven no se limitara solo a los quehaceres cotidianos de la hermandad como limpiar plata, asistir a todos los cultos o hacer la típica semana cultural o concurso de fotografías. Con estas premisas concluyó que lo que él quería crear era una banda de cornetas y tambores que vino a llamarse como la titular de la Hermandad: Nuestra Señora de la Victoria. Banda que ha sido referente en el estilo musical de las cornetas y que ha marcado importantísimos hitos ya no solo para su historia, sino para la de Sevilla y para los amantes de la música procesional.
En una entrevista publicada en la web de Las Cigarreras, Antonio González Ríos apuntaba que la tarea más compleja en estos más de treinta años de vida de la banda no ha sido precisamente lo musical, sino lo humano: -"Una banda debe entender que tiene que ser una gran familia con sus pros y contras, sus peleas y abrazos, sus críticas y apoyos. En definitiva conseguir crear dentro de esta sociedad en la que nos ha tocado vivir algo que te evada y que te llene de satisfacción y orgullo al saber que te encuentras alrededor de un numeroso grupo de amigos".
El apoyo familiar fue fundamental para que este músico trabajara como lo hizo para cimentar lo que a la postre se ha convertido en un portentoso edificio musical que es la Asociación Cultural y Musical Nuestra Señora de la Victoria. Y esto fue así hasta el punto de que cuando se le pregunta por los recuerdos de esas vivencia única, él contesta: -"La verdad es que son muchos los recuerdos imborrables, pero seguramente me quedaría con el del apoyo que siempre tuve de mis padres".
Sin duda las bandas de cornetas han evolucionado mucho. Lo ha hecho Cigarreras y lo han hecho las demás también. Es, en definitiva, una evolución del estilo musical. Sin embargo hay cosas que son constantes en el tiempo: las características de quien gobierna el timón de la banda. Cuando se le pregunta en esa entrevista a D. Antonio, menciona tres puntos básicos que definen a cualquier líder -que no jefe-: objetivo claro y definido, respeto a sus seguidores -si el líder es líder de verdad no hablaremos de subordinados, sino de convencidos seguidores-, honestidad -"debes saber rectificar..." y delegar y apoyarse en los de alrededor.
Esta respuesta, de todas las de la entrevista, es especialmente aclaratoria de la personalidad de nuestro invitado en el I Salón Cofrade: un músico con una capacidad de liderazgo que le ha permitido llevar a su equipo, a su banda, a lo más alto, a los más recónditos rincones que pudiera imaginar un músico cofrade: Toronto, Ottawa, Niágara o Nueva York, donde sus sones se escucharon en recintos tan emblemáticos como la Feria Internacional de Toronto, la Catedral de San Patricio o la Sede de Naciones Unidas.
Y esos logros, y ser referente nacional -lo que es sinónimo de universal en este caso-, y ese renombre, y esa calidad, y esa presencia,... es fruto del esfuerzo de todos los músicos de Cigarreras, pero ese esfuerzo de no haber sido capitaneado por D. Antonio González Ríos, tal vez hubiera resultado mucho menos fructífero.
Y es para el Salón Cofrade un auténtico placer contar con su presencia en nuestras mesas redondas.