Casado y con un hijo, Andrés
Martín Angulo es el Delegado de Glorias en el Consejo General de Hermandades y Cofradías de
la ciudad de Sevilla. Y así desgrana su historia personal y cofrade para
presentarse ante ustedes, visitantes del I Salón Cofrade de Alcalá, con quienes compartirá la primera mesa redonda dedicada a las Glorias en el Consejo [de Hermandades y Cofradías de Sevilla] en la mañana del próximo 8 de marzo próximo:
“Curso mis primeros estudios
en el colegio San Luis Gonzaga, posteriormente en el colegio parroquial de Omniun
Sanctorum, y los culmino en el Colegio
Padre Manjón (Santa Marina).
Cuando alcancé mi etapa laboral, entre trabajo y trabajo nunca
dejaba de perder de vista mi afición por las manualidades, pues ya en el
colegio casi todo los trabajos manuales que presentaba por libre eran pasitos
de Semana Santa, y realizar aquello en esa época era un gran logro, pues no
existían enseres que se pudieran comprar como actualmente existen. O la inmensa
fila de nazarenos hecho de cartulinas. Incluso me llegaron a encargar algún que
otro para regalar.
Con el paso del tiempo conseguí
aquello que añoraba que era tener mi propia empresa dedicada a la carpintería,
y en especial a la carpintería religiosa. Entre los trabajos sobre este
apartado podría destacar algunos como la construcción de todos los retablos que
actualmente están en la capilla de la Divina Pastora y Santa Marina, la
restauración del retablo de la Hermandad de Monte-Sion, la restauración del
retablo de la Inmaculada de la iglesia de los salesianos de la Trinidad, la
restauración del retablo de la parroquia de Valdezufre dedicado a Santa Marina,
patrona y el de la capilla del mismo pueblo -obra que fue adaptada a la nueva
iglesia-.
Andas de Vía Crucis de la Hermandad
de los Gitanos, Trinidad, Museo y un sinfín de trabajos y restauraciones en Hermandades
de algunos pueblos de la provincia.
En mi vida cofrade se podría
decir que mis comienzos empiezan ya de niño, saliendo por dos años consecutivos
en la Hiniesta, aunque ya por entonces se veía que el antifaz no era lo mío. Comienzo mi nueva andadura de
costalero de la mano del amado y amigo capataz, Manuel Santiago y su hijo
Antonio. Con ellos llegué a salir en las Hermandades de La Resurrección, Las
Penas de San Vicente, La Misión y la Esperanza Macarena durante 13 años
seguidos. En las Glorias salía en el Carmen de Calatrava, San José Obrero, Rosario
de la Macarena, el Pilar y La Pastora de
Santa Marina a la cual me vinculé porque hizo falta un carpintero para arreglar
el paso procesional y allí me quedé anclado hasta el día de hoy.
Entré como prioste en mi
primera junta, ocho años después ocupé el cargo de Hermano Mayor, seis años más
como Mayordomo, y en la actualidad de Fiscal.
En el Consejo de Cofradías
entro de la mano de Adolfo Arenas como Delegado de Glorias y aún sigo en él,
aunque mis trabajos en pro de las Hermandades letíficas empieza varios años
atrás. Me hice un sitio entre ellas, luché y sigo luchando para que tengan
el sitio que se merecen. Podría destacar de entre mis logros algunas cosas: el
que se publicaran los anales de las Hermandades de Gloria que consta de tres volúmenes
y actualmente están casi agotados, la celebración de la exposición que
anualmente se realiza en el Círculo Mercantil de los estrenos y enseres de las
Hermandades, los conciertos -tanto el de Navidad como en la presentación de la
guía de Glorias interpretado por la
Banda Municipal-, la actual guía de Glorias y el consolidar las convivencias entre ellas.
Y ya por último decir que se
ha podido conseguir a través de los nuevos estatutos, aprobados recientemente,
que las Glorias tengan un porcentaje de los ingresos en el Consejo para los
gastos de la procesión y cultos, algo que parecía inalcanzable pero ha sido una
de mis metas y al día de hoy las Hermandades de Gloria respiran mejor aire, y
por supuesto seguiré luchando por ellas.”